Opinión¿La verdad es búsqueda?

Por Jorge Jaime Espinosa Vallejo Comerciante jericoano jjcentrales66@gmail.com Desde hace tiempo, menciona Fritz, no veo la hora de cumplir los siete; este es el momento esperado. Cómo le hago una imagen, qué palabra mágica uso, para hacerlo consciente de la imposibilidad manifiesta para vivir en el futuro, y cuál es la llave y el secreto que no es secreto, para estar aquí, en este momento, por lo menos un instante prolongado. Advaita, una palabra antigua, deviene...
Consejo de Redacción AdP7 años .15526 min

Por Jorge Jaime Espinosa Vallejo

Comerciante jericoano

jjcentrales66@gmail.com


Desde hace tiempo, menciona Fritz, no veo la hora de cumplir los siete; este es el momento esperado. Cómo le hago una imagen, qué palabra mágica uso, para hacerlo consciente de la imposibilidad manifiesta para vivir en el futuro, y cuál es la llave y el secreto que no es secreto, para estar aquí, en este momento, por lo menos un instante prolongado.

Advaita, una palabra antigua, deviene para expresarnos la síntesis de nuestra indagación, o por lo menos de la inquietud existencial formadora, en lo que a este pequeño se refiere.

En términos simples, advaita es un término sánscrito para denotar y connotar la ruptura de la dualidad, nuestra dualidad; nos entendemos como sujetos, poseemos una identidad como tal.  Lo que percibimos fuera de este arquetipo lo clasificamos como el objeto, ese útil tangible con formas y fronteras, con características que nos resultan ajenas y, al parecer, sólidas a nuestro entender. Y así, aparece el mundo: figura por oposición y antagonismo a nuestro centro egóico, que intenta controlarlo, modificarlo, y generar toda clase de elucubraciones posibles.

Resulta interesante mencionar que este conocimiento no constructo de la mente, constantemente disponible, ha sido estimado por la historia en la suma de dos mil setecientos años terrestres; y, al parecer, el conflicto humano, constante y continuo, no le ha permitido su más nítida manifestación en Occidente.

Advaita es una tradición, un sistema, en el que se menciona la realidad absoluta; la relación sujeto-objeto es relativa.  En la manifestación impermanente de todo aquello que percibimos se intuye, entonces, la revolucionaria manera de abordar la realidad desde la esencialidad, cuyo soporte es la conciencia; la conciencia en sí es la única realidad ulterior, la verdad.

El ser del hombre es lo desconocido… ¿Qué es lo que el ser humano es?

Al parecer, el ser humano, de hoy y de siempre, adolece de un verdadero problema cognitivo.  Tal vez por eso su noción de lo real, su percepción fragmentaria, su poco uso de la atención, genera este dilema; así, la interpretación del mundo, que al parecer es propia, se devela como un producto de su sistemático adiestramiento, un concepto sembrado en su ser y en su memoria que no le permite dilucidar por descubrimiento el inconmensurable universo que yace latente en su centro.  Más bien su vida transcurre en la periferia fenomenológica.

Se hace indispensable un cambio de paradigma, un nuevo modelo de interpretación de la realidad.  Se necesitan nuevas concepciones de la percepción, donde el objeto y el sujeto  se asomen simultáneos; se busca la integración, donde el universo se conozca a sí mismo.

Advaita menciona un modo, una llave, para hacer la ruptura de la llamada dualidad; esto se conoce como la atención.  Generalmente, nuestra atención es breve; nos da solo destellos, efímeros lapsus, que no son significativos.  Para encontrar la verdad de la realidad, para acceder a la conciencia que somos, en toda su magnificencia, su brillo absoluto, solo se requiere transformar la atención, para transmutarla en lo que es, un continuo, y así, permitir la manifestación de lo que se presenta como hermético secreto.

A mi hijo le deseo, desde el corazón, que aprenda a vivir este momento, que es lo único que hay: el momento presente, tal cual aparece, con lo que aparece, es lo único que hay.

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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