OpiniónEL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE, UN COMPROMISO DE TODOS

Vivir con un enfoque de desarrollo sostenible requiere una ética que nos comprometa a actuar con responsabilidad social, y no se trata de un debate sobre el ambiente sino sobre trasformaciones humanas y progre­so permanente. Debe entenderse que no es un concepto, es una forma de vida, es ese balance entre el crecimiento material y el crecimiento espiritual que pone a la persona y no a las cosas en el centro del desarrollo, para que...
Consejo de Redacción AdP6 años .19655 min

Vivir con un enfoque de desarrollo sostenible requiere una ética que nos comprometa a actuar con responsabilidad social, y no se trata de un debate sobre el ambiente sino sobre trasformaciones humanas y progre­so permanente. Debe entenderse que no es un concepto, es una forma de vida, es ese balance entre el crecimiento material y el crecimiento espiritual que pone a la persona y no a las cosas en el centro del desarrollo, para que de esta manera se cierren las brechas de las desigualdades y prime el acceso a las oportunidades para todos.

Es indudable que el desarrollo implica una transformación progresiva de la economía y de la sociedad. El crecimiento y el desarrollo económico implican, evidentemente, cambios en los ecosistemas físicos. Así ha sido desde el principio de las civilizaciones. Afortunadamente, la ingeniería ha sido concebida para enfrentar y resolver los cambios físicos. Esos cambios son los retos que debemos enfrentar como sociedad responsable, promoviendo el desarrollo, la solidaridad y la dignidad humana.

El tema de la dignidad se inspira y se fundamenta en sólidos valores éticos como la justicia, los derechos humanos, la paz y la libertad. De allí que la articulación del desarrollo humano sostenible esté asociada a la inversión en educación y salud, esto con el fin de reducir la deuda social y la desruralidad promovida por la escasez de oportunidades ofrecidas por el Estado colombiano.

De hecho, las familias que han abandonado el campo lo han hecho desmotivadas por todas las circunstancias antes descritas, además de las limitantes en salud y educación, lo cual las ha obligado a buscar centros urbanos que se han convertido en cinturones de miseria. La demografía también ha jugado parte importante en el abandono del campo. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, tanto a ella como a su familia, la salud, el bienestar y la alimentación.

Hábilmente, quienes se oponen al desarrollo de la industria minera, infunden miedos y proyectan visiones apocalípticas de lo que sería Colombia con minería. El miedo es nuestro mecanismo de protección ante el peligro y activa un sistema de alerta que nos pone a la defensiva. Lo que no se conoce causa miedo, el miedo causa temor y el temor causa rechazo. El mejor antídoto para el miedo es siempre adquirir conoci­miento. Es decir, aprender.

Necesitamos entusiasmo y a la vez serenidad de ánimo, un trabajo sistemático, aplicando conocimientos para forjar en armonía un ambiente mejor. Espacios de diálogo, de aprendi­zaje para adquirir conciencia, la participación pública efectiva favorece el avance en el desarrollo humano sostenible con una población informada y activa.

No olvidemos tolerar, respetar, acoger y celebrar la diferencia y la diversidad de los pueblos.

Por Alejandro Bermúdez
Jericoano
Coordinador de Operaciones
Minera de Cobre Quebradona
dbermudez@anglogoldashanti.com

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Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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