Agosto en Jericó no es un mes cualquiera. Es el mes en que el cielo se pinta de colores, los dulces se vuelven excusa para compartir, y el viento nos recuerda que aquí, en este rincón montañero de Antioquia, los sueños todavía vuelan alto.
Porque así es nuestro Festival de la Cometa y la Dulzura: una tradición que no solo llena de alegría los parques y las veredas, sino que también nos conecta con lo más bonito que tenemos como comunidad —la esperanza, la ternura, las ganas de mirar hacia el cielo sin perder de vista la tierra.
Las cometas que vemos volar no son solo papel y cabuya: son símbolos. Cada una lleva amarrado un anhelo, una ilusión, un proyecto de vida. Y eso nos recuerda que en Jericó somos expertos en soñar con los pies bien puestos en el suelo.
En ese mismo espíritu, el proyecto Quebradona también se ha ido construyendo: paso a paso, con diálogo, con aprendizajes, con respeto. Como las cometas, quiere volar alto, pero necesita del viento bueno que da la confianza, el trabajo en equipo y la unión de la gente.
El viento que mueve las cometas también mueve voluntades. Y así como la comunidad se reúne para celebrar el festival, también se ha ido tejiendo una relación con Quebradona basada en valores comunes: el amor por el territorio, el deseo de progreso, el orgullo de lo nuestro.
No se trata sólo de desarrollar un proyecto de cobre. Se trata de sembrar un futuro prometedor a través de diversos programas como los que venimos implementando desde hace varios años en diversas líneas como educación, cultura, deporte; infraestructura social; empoderamiento femenino y liderazgo, que contribuyen al desarrollo de capacidades del territorio. Todo eso es parte de ese mismo viento que impulsa a Jericó hacia un mañana con más oportunidades.
Por eso este mes no solo celebramos el vuelo de las cometas, sino también la fuerza de una comunidad que no se queda quieta. Una comunidad que se atreve a imaginar, a crear, a avanzar.
Así que cuando vea volar una cometa en este agosto, acuérdese de esto: en Jericó los sueños no se quedan guardados, ni se empolvan. Aquí los lanzamos al cielo, les damos cuerda y los dejamos volar con fe.
Y si el viento nos ayuda, y si lo seguimos empujando entre todos, quién quita que esos sueños lleguen más alto de lo que jamás imaginamos.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.