OpiniónCARTA DE LOS CONCEJALES AL SECRETARIO DE EDUCACIÓN DE ANTIOQUIA “Se nos perdió la brújula…”

Doctor:

NÉSTOR DAVID RESTREPO BONETT

Secretario de Educación de Antioquia

Jericó ha perdido su estabilidad, se nos perdió la brújula que nos mostraba el norte, se esfumó la paz y la tranquilidad, nos borraron el buen nombre que nos representaba como Atenas del Suroeste, cuna de la cultura, de grandes hombres y mujeres que, como nuestra Santa Madre Laura, nos hacían sentir importantes. ¿Qué nos pasó?, ¿dónde está ese milagro?, ¿qué pasó con nuestra cultura, con el respeto, con nuestra idiosincrasia, nuestro liderazgo, nuestra paz?, ¿a dónde se fue?, ¿quién se la llevó?, ¿cómo puede ser que en tan corto tiempo unos pocos puedan cambiar el ritmo de nuestras vidas?

Nos sumergen en el caos y la desesperanza, nos proponen caminos hacia la discordia, el odio y la confrontación. ¿Por qué se persigue de esa manera a nuestros líderes, a nuestros educadores, a nuestros rectores, a nuestras instituciones? ¿Cuál podría ser el pecado o la falta, cuando se tiene como convicción, por vocación y profesionalismo, el noble ideal de servir, ayudar, velar por el bienestar y la educación de nuestros hijos, con la permanente inquietud de contribuir con su trabajo a construir una mejor sociedad en estos momentos de tantas dificultades económicas y sociales para esta juventud que sufre hoy flagelos tan delicados como el de la drogadicción, la prostitución y la precariedad económica? Son precisamente estos maestros y maestras, con las instituciones educativas, en cabeza de sus rectores, quienes hacen el mayor esfuerzo por contrarrestar los males que aquejan a nuestra sociedad jericoana. Son justamente ellos los que con su trabajo y dedi­cación han dejado muy en alto la educación, la cultura y el arte de nuestro municipio, con procesos pedagógicos que son reconocidos en el contexto regional y departamental, los cuales nos llenan de orgullo y admiración.

Creemos que un tesoro debajo de nuestras montañas no puede ser motivo de discordia y persecución personal, pensamos que en este terruño deben coexistir el respeto por la diferencia, la equidad, la justicia y la inclusión social, sin temor a ser señalados, macartizados y expuestos al escarnio público, pues jamás la ideología podrá ser más importante que el más noble de los ejercicios ciudadanos, como lo es aprender a vivir en armonía y compartir en comunidad.

Derrotemos conjuntamente el odio y la discordia, y propugnemos para que prontamente regresen a Jericó la paz y la tran­quilidad que tanto anhelamos. Exigimos respeto para nuestros rectores y toda la comunidad educativa, la cual, a todas luces, se siente inexplicablemente maltratada.

Con gratitud y aprecio,