Aliados para el desarrolloCoros, cuyos cantos son sonidos de esperanza

En el casco urbano de Jericó y en el corregimiento Palocabildo, una sinfonía de voces, emociones y esperanza recorre los salones comunales, escuelas y auditorios. Se trata del programa Coro, Ensamble y Sinfónico, una iniciativa apoyada por Minera de Cobre Quebradona que usa la música como puente de aprendizaje, convivencia y desarrollo comunitario.

El programa brinda formación musical a niños, niñas, jóvenes y adultos, ofreciendo clases de canto coral, técnica vocal y expresión artística. Más allá de las partituras, este proyecto fortalece habilidades como el trabajo en equipo, la escucha activa, el respeto y la confianza en uno mismo.

Las clases para los más pequeños duran aproximadamente una hora e inician con una fase de calentamiento físico y vocal. A través de ejercicios dinámicos y juegos musicales, los niños aprenden a reconocer su voz, a afinar y a entonar canciones que, muchas veces, acompañan con movimientos corporales o mímicas que ellos mismos inventan. Esta metodología lúdica y participativa permite que el aprendizaje sea más fácil, divertido y significativo.

Para los adultos, las sesiones se extienden por dos horas y profundizan en aspectos técnicos de la interpretación vocal, con énfasis en la expresión, la respiración, la colocación de la voz y la afinación. Las clases también se convierten en espacios de encuentro, crecimiento personal y construcción de tejido social.

Lo más valioso de este programa es su capacidad de reunir generaciones distintas en torno a una misma pasión: la música. Niños, jóvenes y adultos comparten escenario, tiempo y emoción, tejiendo lazos que fortalecen a la comunidad desde el arte.

Hoy, gracias al apoyo de Quebradona, más de un centenar de personas en Jericó y Palocabildo encuentran en la música una forma de expresar su identidad, transformar su entorno y soñar en colectivo.