Para Cristian Figueroa, trabajar en Minera de Cobre Quebradona no es solo un empleo. Es una oportunidad de vida, una forma de dignificar su labor y de construir un mejor futuro para su familia. Cristian es del sector La Mama en la vereda Vallecitos de Jericó y es testigo de cómo una oportunidad laboral puede convertirse en una plataforma para el crecimiento personal y colectivo.
Cristian lleva ya cuatro años vinculado a la empresa: primero como contratista durante un año y luego tres años como empleado directo. Su paso por la minera lo ha llevado a desempeñar múltiples tareas: desde labores manuales con pala hasta la operación de maquinaria como el retro cargador, y la volqueta tipo oruga, conocida como morooka. “Aquí uno aprende de todo”, dice con orgullo. “Hay que meterle la mano a lo que se necesite”.
Pero más allá del trabajo técnico, lo que más valora Cristian es el ambiente humano. “Allá todos nos ayudamos. Si hay dificultades, entre compañeros y jefes buscamos soluciones”, cuenta. Ese espíritu colaborativo ha hecho que el lugar de trabajo se sienta casi como una segunda familia.
Cristian es padre de una niña de un año. Gracias a su empleo ha podido brindarle a su hogar estabilidad económica, tranquilidad y una mejor calidad de vida. “Tener un trabajo digno en el mismo pueblo es una bendición”, afirma. En medio de un contexto económico complejo, donde muchas familias luchan por subsistir, contar con un empleo estable ha sido fundamental para avanzar.
Frente a las dudas que algunas personas aún tienen sobre el proyecto minero, Cristian invita al diálogo y a la participación informada. “Pensar diferente está bien, pero también hay que darle la oportunidad a la empresa de mostrar lo que realmente es. Quebradona puede aportar mucho al desarrollo del pueblo”, señala. Y anima a la comunidad a acercarse, conocer los programas sociales y formarse su propia opinión.
Desde su experiencia, Cristian representa a cientos de rostros anónimos que día a día hacen grande un proyecto pensado para convivir con el territorio, generar desarrollo y abrir caminos de progreso. Su historia es un reflejo del compromiso, la gratitud y la esperanza que muchos jericoanos han depositado en esta oportunidad de transformación.
Porque detrás de cada avance hay personas como Cristian: trabajadores orgullosos de sus raíces, con los pies en la tierra y la mirada puesta en el futuro.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
