En el barrio Boyacá de Jericó creció Claudia Holguín Rivera, una mujer que ha sabido armonizar su amor por la música, el trabajo comunitario y el desarrollo de su pueblo.
Claudia trabaja como técnica de proyectos en la Fundación ProJericó desde hace unos días y es una cara reconocida por los jericoanos por su actitud de servicio, su amabilidad y su rostro siempre sonriente.
Desde pequeña aprendió a tocar el clarinete e hizo parte de la banda de música de Jericó que dirigía por entonces su tío Rafael Rivera. La música no solo le dio identidad, sino también disciplina y sensibilidad para leer las emociones de su entorno.
Durante 20 años fue el rostro amable detrás del mostrador de la ferretería La Mano Ferretera, y luego sirvió en la Alcaldía de Jericó. Su vocación de servicio y su cercanía con la comunidad la llevaron a postularse a una convocatoria que vio a inicios de este año en redes sociales: la Fundación ProJericó buscaba una técnica en proyectos. Claudia aplicó y fue seleccionada.
“Estoy feliz de pertenecer a la Fundación ProJericó. Conecta mucho con lo que a mí me gusta, con lo que soy: el relacionamiento con la gente, visitar el campo… Me siento bendecida, afortunada y agradecida”, afirma con una sonrisa que revela la emoción de quien ha encontrado un propósito.
Desde su nuevo rol, Claudia se ha convertido en un puente entre la Fundación y la comunidad. Cree firmemente en el proyecto Quebradona, al que describe como “una empresa comprometida con la sostenibilidad, el respeto por las tradiciones y el bienestar de la región”. Por eso no duda en invitar a la comunidad a “creer, apoyar y acompañar” esta iniciativa que busca fortalecer la economía local sin perder de vista la esencia cultural de Jericó.
La historia de Claudia es la de muchas mujeres del Suroeste antioqueño que, con esfuerzo silencioso y profundo amor por su tierra, le dan forma al presente y al futuro de sus comunidades. Hoy, desde la Fundación ProJericó, Claudia sigue tocando su clarinete, pero esta vez al compás del desarrollo y la esperanza.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.