Los viejos maestros, en sus escuelas, utilizaban con mucha frecuencia la palabra “prosapia” para hacer referencia al origen o linaje de las personas.
A los hijos de esta región nos gusta mucho decir que somos “de prosapia antioqueña”.
Y es cierto. Los textos de historia relatan cómo nuestro fundador, el inolvidable Don Santiago Santa- maría, descuajó las selvas de estas tierras acompañado de familias valerosas procedentes de Fredonia, Amagá, Envigado, Caldas, El Retiro, Marinilla y Medellín.
¡Más antioqueños no podemos ser!
Y relatan que cuando el número de colonos llegó a 200, “se determinó por cabildo abierto que presidía el mismo Don Santiago, que este era el lugar que habría de ocupar la población”. Así, el 28 de septiembre de 1850 la Cámara Provincial emitió su Ordenanza número cinco y creó oficialmente la “Aldea de Piedras”, que fue el primer nombre que tuvo nuestro municipio.
Sabemos que cuando un pueblo tiene memoria, tiene más claro su futuro. Nunca podemos olvidar de dónde venimos.
Es por todo esto que hemos decidido que el nombre de esta nueva publicación que reemplaza a “El Jericoano”, sea un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea de Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
Bienvenidos a nuestra Aldea de Piedras.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
