El 28 de septiembre de 1850 nació, por ordenanza de la Cámara Provincial, la “Aldea de Piedras”, que pronto adoptaría el nombre con el que hoy celebramos 175 años: Jericó. Desde entonces, se ha caracterizado por su cultura, la vocación de crear empresa, así como de innovar.
La identidad jericoana se forjó temprano con una convicción: progreso con propósito. No es casual que, apenas medio siglo después de su fundación, Jericó figurara entre las primeras poblaciones del país con energía eléctrica: segunda en Antioquia y quinta en Colombia, un salto modernizador asociado al liderazgo cívico-religioso local que encarnó, entre otros, el padre Ramón N. Cadavid. La luz encendida en nuestras montañas iluminó talleres, comercios y hogares, y marcó un estándar de modernidad para todo el Suroeste.
La pujanza se tradujo también en instrumentos propios para financiar el desarrollo. El Banco de Jericó —fundado en 1902— operó durante casi tres décadas, apoyando la actividad agrícola, comercial e industrial, y dejando una huella tangible: emisión de billetes locales, símbolo de confianza y de una economía que se movía al ritmo del trabajo jericoano. Esa historia salvaguardada en nuestro Centro de Historia recuerda escrituras fundacionales, accionistas, sedes y el tejido empresarial que el banco impulsó.
El empuje de Jericó fue tan notorio que, en la gran reforma territorial del presidente Rafael Reyes, nuestro municipio llegó a ser capital de un departamento propio (1908–1910), conformado por las provincias del Suroeste y de Fredonia. Aunque la reorganización fue efímera, dejó constancia del papel rector que jugó Jericó en la región.
Esa trayectoria innovadora —energía temprana, banca local, liderazgo administrativo— no fue un accidente: fue la consecuencia de una ciudadanía que organizó cooperativas, cuidó su patrimonio, formó escuelas y promovió oficios. No en vano el país ha reconocido nuestros símbolos culturales como el carriel como parte de una memoria viva que dialoga con el futuro.
Honrar los 175 años de Jericó no es solo mirar atrás; es renovar el compromiso con la innovación que nos trajo hasta aquí y que nos muestra que este municipio ha sido pionero y ejemplo en la implementación de nuevas tecnologías, así como lo puede ser con el proyecto minero subterráneo de cobre, Quebradona que aporte al bienestar de sus habitantes y a la producción de energías limpias en el mundo.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.