Desde su ventana doña Luz Dary Ramírez charla con sus vecinas, mientras los más pequeños montan bicicleta a su alrededor y juegan con los perros que aguardan en las entradas de las casas. Así transcurre un día en Puente Iglesias, un corregimiento de Fredonia a orillas del río Cauca. Cuando se recorren las calles de los diferentes sectores del corregimiento —La Guajira, La Blanquita, El Mango, La Bodega, Santa Helena y San José— se percibe un ambiente de unidad, cooperación y amistad. Muchos de los habitantes, que viven allí hace años, han tenido que enfrentar momentos difíciles, pero su fortaleza les ha permitido levantarse y seguir adelante. Bajo el sol abrasador del medio día los fogones comienzan a hervir, el olor a sancocho impregna los caminos que décadas atrás eran atravesados a gran velocidad por la locomotora y cuyos terrenos fueron ocupados lentamente por familias que venían buscando una tierra para vivir y cultivar.
Hoy sus habitantes reconocen que el trabajo comunitario es la base de su corregimiento, por eso acuden a reuniones, encuentros y actividades que vincule en diversas actividades a su gente, a sus adultos mayores, a sus niños y jóvenes. “Este lugar es tranquilo, tengo amigas y una comunidad cercana y la verdad somos muy felices”, resalta Luz Dary, con una sonrisa, mientras se recuesta en el marco de su ventana, desde donde divisa el río. El mismo sentimiento tiene Nancy Cardona, quien es reconocida por sus vecinos gracias a su trabajo con la comunidad de El Mango. Ella, al igual que Luz Dary, sabe que su tierra es pujante, que no se vara y que en los malos momentos siempre hay un apoyo por parte de su gente.
La comunidad reconoce que aunque hay mucho por mejorar se puede seguir adelante, y que cada paso hacia el futuro se puede convertir en una oportunidad de cambio para que las nuevas generaciones tengan una mejor calidad de vida. Cada familia que habita en Puente Iglesias se siente orgullosa de su tierra, de su historia y de todo lo que este territorio les ha brindado por años, por eso saben que su comunidad funciona como una gran familia en donde la cordialidad y el compañerismo son palabras que describen sus vivencias
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
