Diciembre es un mes que está revestido de una magia especial. En el mundo occidental se celebran las Navidades, un regocijo universal que recuerda el nacimiento de Jesús; y aunque la Iglesia católica ha establecido el 24 y 25 de diciembre como las fechas de la festividad, todo el mes vibra con sentimientos de amor, de paz, de conciliación y de empatía. Las gentes se reparten regalos, hay encuentros familiares, cenas especiales, reuniones de amigos. Diciembre es siempre tiempo de unidad.
Poblaciones como Jericó conservan tradiciones que en otras partes se van perdiendo por el influjo de los excesos de la comercialización. Aquí, por ejemplo, se conservan los rituales de hacer el pesebre, la novena, la natilla y los buñuelos. Es por eso que en nuestro municipio la Navidad representa el respeto por las tradiciones, por la memoria, por las lecciones aprendidas del pasado.
Esta es una virtud que nos hace diferentes, porque nos parece que define eso que hemos dado en llamar el espíritu jericoano, en el que se sintetizan los valores de la lealtad, la gratitud, el respeto por la diferencia, la unidad y la solidaridad.
El jericoano es un ser especial: es decente, tiene buenas maneras, respeta las diferencias, pero es además emprendedor y siempre tiene su mirada puesta en el futuro. La Navidad nos recuerda todo esto, por eso para nosotros la Navidad significa muchas cosas.
¡Felices fiestas!
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.