Respeto a la memoriaES MUY FÁCIL CRITICAR Y OPONERSE. LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE ES HACER

¿No ha notado usted que hay gente que es feliz criticando, oponiéndo­se, diciéndole no a todo? ¿Gente a la que no le gustan los cambios, que les aterroriza lo nuevo? Pues ese tipo de gente existe en todas partes y ha existido en todas las épocas. Algunas de esas personas son, incluso, importantes en las sociedades en las que se mueven. La gente que hace de oponerse a todo una manera de vivir, termina, con...
https://www.aldeadepiedras.com/wp-content/uploads/2020/03/1-1.jpg

¿No ha notado usted que hay gente que es feliz criticando, oponiéndo­se, diciéndole no a todo? ¿Gente a la que no le gustan los cambios, que les aterroriza lo nuevo? Pues ese tipo de gente existe en todas partes y ha existido en todas las épocas. Algunas de esas personas son, incluso, importantes en las sociedades en las que se mueven. La gente que hace de oponerse a todo una manera de vivir, termina, con el tiempo, siendo persuadida por los hechos.

Mire qué ejemplos tan interesantes:

PARIS, 1887. LA TORRE EIFFEL

Este monumento identifica a París y es orgullo de los parisinos. Siete millones de personas procedentes de todo el mundo suben a ella cada año. Sin embargo, en 1887 personalidades de la intelectualidad de Francia, tales como Guy de Maupassant, Alejandro Dumas y Charles Garnier, entre muchos otros, publicaron una declaración oponiéndose a su ejecución. Ellos se autodenominaron «defensores de la belleza de París» y tacharon la torre de inútil y monstruosa, la calificaron como «la deshonra de la ciudad». Ciento treinta y tres años después esas voces han sido acalladas. La Torre Eiffel se yergue orgullosa sobre el paisaje parisino y es su símbolo.

UN TREN QUE VIAJE A MAYOR VELOCIDAD QUE UN CABALLO NO ES POSIBLE. 1830

La primera locomotora del mundo unía a las ciudades de Liverpool y Manchester, en Inglaterra, su velocidad era de dieciséis kilómetros por hora, una velocidad increíble para la época. Pues ha de saber usted que el profesor de filosofía natural y astronomía del muy pomposo Colegio Universitario de Londres se opuso con fiereza a esta iniciativa. Su argu­mento «científico» fue creído por mucho, aunque hoy nos dé risa. Se llamaba Dionysius Lardner y advirtió sobre los peligros de viajar en ese aparato que, al alcanzar una velocidad mayor a la de un carro tirado por caballos, provocaría que los pasajeros no fueran capaces de respirar y murieran de asfixia. ¡Increíble, pero cierto!

ARGUMENTOS FAMOSOS CONTRA LA INVENCIÓN DEL TELÉFONO. 1876

El empresario Gardiner Greene Hubbard, cuando asistió a una de las pruebas iniciales del invento, consideró que se trataba solo de un juguete. Más lejos fue el presidente de los Estados Unidos, Rutherford B. Hayes, cuando afirmó que nadie querría usar una cosa como esa. Pero el que sí llegó a la tapa fue el británico William Henry Preece, quien era el jefe de correos de Inglaterra, cuando descartó la iniciativa con el argumento de que los británicos tenían ya suficiente cantidad de muchachos mensajeros.

LOS «PELIGROS» DEL AUTOMÓVIL. 1878

Los primeros críticos se oponían al motor de combustión interna. Argu­mentaban que era necesario desechar ese avance, «ya que implicaba fuerzas de una naturaleza demasiado peligrosa para que encajara en ninguno de nuestros conceptos habituales». La afirmación se atribuye a un congresista, aunque no se conoce su nombre exacto.

El nombre que sí se hizo popular por su oposición fue el del empresario norteamericano Chauncey Depew, quien afirmó, sin sonrojarse, que «nada podía sobrepasar al caballo y a la calesa».

LOS CIENTÍFICOS QUE SE OPONEN A LA CIENCIA. 1900

Ahh, la flema británica. Lord Kelvin dijo en 1900 que ya había que parar. No había nada nuevo qué descubrir en física, todo lo que quedaba era hacer mediciones cada vez más precisas. Qué tal que le hubiesen pres­tado atención.

Y también quedó como un zapato el físico austríaco Ernst Mach, quien afirmó que no aceptaba ni la teoría de la relatividad ni la existencia de los átomos ni «ningún otro dogma por el estilo». ¡Hágame el favor!

Mucho más lejos fue el biólogo John Burdon Sanderson, quien escribió un libro, sí, un libro completo dedicado a demostrar que era inconcebible que la herencia se transmitiera mediante una molécula. De prestarle atención, jamás se hubiera descubierto la estructura del ADN.

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

Comentarios

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *.

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

AldeadePiedras, 2023 © All Rights Reserved