Aliados para el desarrolloEL CAFÉ JERICOANO BUSCA TRASPASAR FRONTERAS

En nuestra pasada edición hablamos sobre cómo la caficultura ha marcado la historia de nuestro municipio, al ser, durante muchas décadas, la principal fuente económica de una gran cantidad de familias campesinas de Jericó. Por eso, en esta nueva edición queremos resaltar a un grupo de caficultores jericoanos que en la actualidad vienen trabajando de la mano de Mastercol, una empresa experta en comercialización y exportación de cafés especiales. Hablamos con Natalia Mejía, gerente de la compañía Mastercol, y esto fue lo que nos contó acerca del proceso que vienen adelantando con veintiséis caficultores de Jericó.

Aldea de Piedras:

Háblenos un poco de Mastercol y de cómo llega a trabajar con los cafi­cultores de Jericó.

Natalia Mejía:

Mastercol es una compañía que se encarga de seleccionar café y exportarlo a diversas partes del mundo. Básicamente, lo que hacemos es encontrar esos caficultores colombianos que cumplen con los requisitos de perfil de taza que nos piden nuestros compradores. Una vez los identificamos iniciamos con ellos un proceso de sostenimiento de buenas prácticas cafeteras, que nos permitan a nosotros poderles comprar parte de su producción y, a su vez, garantizarles a nuestros clientes en el mundo que ese café que les estamos vendiendo cumple con los perfiles que ellos necesitan.

Así llegamos a Jericó, donde una vez que conocimos las condiciones climáticas, de altura y prácticas cafeteras del municipio, supimos que era una caficultura con la que podíamos trabajar. Pero, la primera fa­lencia que identificamos entre los caficultores de la zona fue la falta de asociatividad, por eso fue este el primer factor en el que comenzamos a trabajar fuertemente, y hoy podemos decir que tenemos una asociación legalmente constituida, que se llama Café, Carriel y Arrieros, y en la que participan veintiséis caficultores de Jericó.

A.D.P.:

Luego de dar el primer paso, ¿qué siguió para estos caficultores?

N.M.:

Una vez dimos este paso hacia la asociatividad, lo que prosiguió con estos veintiséis caficultores fueron una serie de talleres donde les venimos reforzando cada uno de los pasos que se deben dar desde que se siem­bra el café hasta que se recolecta cada cosecha, pasando por cada una las prácticas cafeteras acertadas que deben existir para poder tener un buen perfil de taza y, lo más importante, para sostenerlo. Hemos tenido procesos de estudios de suelo en algunas de las fincas que no contaban con él, visitas personalizadas a las cafeteras de los participantes para ver cómo realizan los procesos de recolecta, despulpado y secado en estas fincas, también se hizo una cata de los cafés que los asociados vienen produciendo.

En esta última visita estamos haciendo un taller de procesos y calidad, con dos personas expertas estamos viendo temas como fermentaciones y secado. Todo apuntándole a corregir puntos importantes y lograr que los cafés que empecemos a comprar en la mitaca (cosecha en general) tengan un mejor perfil de taza, y que los productores sientan que los estamos acompañando en todo el proceso.

A.D.P.:

Aparte de preparar a los caficultores para que generen cafés especiales, ustedes también le quieren apuntar a una agricultura sostenible, ¿esto en qué consiste?

N.M.:

Muchas veces, la mayoría de los productores no saben qué pasa des­pués de que venden su café, entonces muchos de ellos solo recogen, lavan y entregan la cosecha, pero no conocen qué hay más allá de eso. Por esto, con los asociados estamos haciendo un proceso de formación más amplio, que aparte de darles a conocer cómo se mueve el café en la bolsa y cómo es el tema del dólar, también comprendan que en las prácticas de la agricultura mundial se ha venido introduciendo un con­cepto que se denomina agricultura sostenible y amigable con el medio ambiente. Esto implica que muchos de ellos tendrán que ir equipándose para darle manejo a las aguas mieles, las aguas grises y las aguas negras que generan en sus fincas, porque esto a la hora de la exportación se está convirtiendo en un punto vital, ya que en muchos casos el cliente se está tomando el tiempo de conocer la trazabilidad del café que están comprando y, a la vez, están exigiendo que sea cultivado y recolectado bajo prácticas que protejan el medio ambiente.

Dato de cierre.

Esta asociación, creada con veintiséis caficultores jericoanos y llamada Café, Carriel y Arrieros, es producto de una iniciativa que viene desa­rrollando la Fundación ProJericó para fortalecer y mejorar las prácticas cafeteras, hacer más competitivo el municipio y generarle valor agregado. Esta también es una muestra de coexistencia y de cómo se potenciali­zan las actividades económicas jericoanas y se generan más y mejores oportunidades.