Se ha definido que los derechos humanos son los derechos y libertades fundamentales a los que todas las personas tienen acceso: a llevar una vida digna, a expresar libremente sus creencias independientes y a vivir libre de abusos.
El respeto pareciera ser una palabra que reúne todo lo que significan los derechos humanos: respeto por la vida, las ideas, las libertades, la dignidad de las personas.
Y entonces, es imposible no hacer esa conexión con el “espíritu jericoano” del que tanto hemos aprendido, porque el respeto define de igual manera ese temperamento, esa actitud, esa visión de las relaciones que define a los habitantes de este territorio.
En el caso de Quebradona, nuestras políticas y prácticas referidas al tema de los derechos humanos están totalmente alineadas con los principios rectores de las Naciones Unidas relacionados con el tema y que fueron adoptados en el año 2011 por el Consejo de los Derechos Humanos de ese organismo.
En todos nuestros actos integramos los procesos de debida diligencia en materia de derechos humanos, pues un principio rector de nuestro trabajo es el reconocimiento de que nuestra responsabilidad de respetar los derechos humanos rige para todas las operaciones y para todas las comunidades.
Es por ello que extendemos esta visión en la idea de garantizar que todos nuestros empleados, nuestros contratistas y nuestros proveedores sean conscientes de que no aprobamos ninguna forma de abuso de los derechos humanos.
En nuestra declaración de respeto por los derechos humanos expresamos que “el compromiso se centra en garantizar que la empresa se conecte y trabaje con la gran variedad de partes interesadas en este ámbito: las iniciativas locales, la sociedad civil, las instituciones internacionales y los gobiernos tienen aprendizajes e información fundamentales que compartir, que a su vez pueden aplicarse en todo el marco de los derechos humanos”.
Las comunidades del territorio pueden dar fe de lo que significa nuestro compromiso, pues siempre hemos actuado con respeto en nuestras relaciones y nuestro comportamiento, aún a riesgo de haber vivido presiones y agresiones indebidas.
Ese “espíritu jericoano” se ha convertido, igualmente, en nuestra manera de ser.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
