Jericó, al igual que muchos municipios de Colombia, se prepara desde ya con entusiasmo para recibir la llegada de la Semana Santa, una semana litúrgica que reúne a miles de fieles de todas partes del mundo para conmemorar la fe católica y revivir los momentos trascendentales de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Esta magna celebración, llevada a cabo en la cuna natal de la Santa Madre Laura Montoya y sede de la Diócesis Jericó, adquiere un significado especial en este municipio, siendo considerada una de las más destacadas dentro del departamento e incluso a nivel nacional, gracias a la impecable organización de cada una de las procesiones y de sus ceremonias, convirtiendo a esta semana mayor en un verdadero patrimonio municipal no solo en términos de fe, sino también en cuanto a su valor histórico y cultural.
Para que cada año la Semana Santa se lleve con éxito, existe una Junta Central organizadora que siempre se esmera por preparar cada acto religioso y hacer actividades para la recaudación de fondos destinados a este evento.
Diego Molina, quien es miembro de la Junta Central desde hace varios años, nos cuenta un poco sobre la preparación para este 2024:
“Este año ya empezaron las reuniones con el nuevo párroco de la catedral Nuestra Señora de las Mercedes, para definir las ceremonias que presidirá el Obispo, dado que en Jericó somos sede Diocesana. Tendremos el Jueves Santo un concierto de la banda musical Manuel Londoño Mejía de Jericó y vamos a tener dos imágenes restauradas”
Uno de los actos más importantes de la semana es el Santo Vía Crucis, en el que los creyentes recorren 14 estaciones, las cuales simbolizan el camino que tuvo que recorrer Cristo hasta la crucifixión e invita a reflexionar sobre todo el sufrimiento que padeció para conseguir el perdón de nuestros pecados; así mismo, es una forma de renovar el compromiso con la fe católica.
Otro acto significativo es la procesión del resucitado, que trae consigo una explosión de felicidad, alegría y esperanza en el que los jericoanos ansiosos esperan en sus balcones y en las calles este último desfile para llenar las imágenes de aleluyas, flores y confeti, celebrando la resurrección de Cristo.
Aunque el Viernes Santo y el Domingo de Pascua resaltan en la semana mayor, no significa que el resto de los días sean menos importantes, cada día trae su intención y simbolizan algo diferente.
Domingo de Ramos: Con la procesión del Domingo de Ramos inicia esta solemne semana. Se conmemora la entrada triunfal de Jesús montado en un asno a Jerusalén.
Lunes Santo: Conocido también como “lunes de autoridad” y es reconocido por la purificación de Jesús al templo de Jerusalén y la expulsión de varios mercaderes que no estaban obrando de forma correcta. En esta jornada, se celebra la eucaristía de manera solemne, sin la adición de ningún festejo en particular.
Martes Santo: Día en que Jesús anuncia su cercana muerte, la traición por parte de uno de sus discípulos y la negación de Pedro. Llamado también “martes de la controversia”. Este día también se celebra eucaristía y se dedica a la oración.
Miércoles Santo: Es el día que marca el final de la cuaresma y el inicio del tiempo de Pascua, día que se recuerda por la conspiración de Judas para vender a Cristo.
Jueves Santo: se celebra la última cena y en la eucaristía se realiza el lavatorio de pies.
Viernes Santo: día en que se vive la pasión, crucifixión y muerte de Cristo. Este día se hace ayuno y abstinencia.
Sábado Santo: es la vigilia pascual, y en la tarde tiene lugar la procesión de soledad, en la que se acompaña a la Virgen María en el dolor de la pérdida de su hijo.
Domingo de Resurrección: es el día en que Jesucristo resucita, también conocido como domingo de gloria o Domingo de Pascua.
Cada día de la Semana Santa nos ofrece la oportunidad de profundizar en nuestra espiritualidad y renovar nuestra fe. Que este tiempo sagrado nos inspire a vivir con amor, esperanza y compasión.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.