Hay una hipótesis que un experto en desarrollo plantea sobre las diferencias que existen entre la manera como las personas establecen sus metas en los países atrasados y la manera como lo hacen en los países avanzados.
El teórico expresa que en los países en vía de desarrollo es común que cuando alguien describa alguna meta lo haga más en la lógica del sueño y diga, por ejemplo: «mi meta es estudiar» o «mi meta es tener una finquita» o «mi meta es viajar».
Plantear así la meta es incorrecto —dice el experto— por la elemental razón de que «estudiar», «finquita» o «viajar» no existen, son abstracciones. Si dices simplemente «estudiar», ¿cuándo sabes que empezaste a trabajar por tu meta?
Las metas deben plantearse de manera concreta y deben tener tres virtudes: ser alcanzables, ser medibles y tener un tiempo asignado.
Así, la primera de las metas del ejemplo podría plantearse de la siguiente manera:
Mi meta es empezar dentro de tres años, en el año 2023, un pregrado en ingeniería de sistemas en la Universidad Católica del Norte, que es una universidad virtual y me permite estudiar y trabajar. Sé que la carrera vale veinticuatro millones de pesos y tendré que ahorrar tres millones para empezar y conseguir un trabajo que me permita destinar quinientos mil pesos mensuales a este proyecto.
Cuando deposites los primeros cincuenta mil pesos de ahorro, ¡empezaste! Puedes hacer seguimiento, saber cuánto te falta, en fin.
En el caso de la meta de viajar, decirlo así es una abstracción. Debo decir, por ejemplo, que en enero del 2022 voy a hacer un viaje de tres días a Cartagena, que el pasaje y el hotel me valen dos millones de pesos y que voy a empezar a prepararme y a ahorrar ochenta mil pesos mensuales para tal fin. Esa sí es una meta. El día del primer ahorro ese viaje empezó a suceder.
Estás proyectándote.
Hacer planes sin cifras, en abstracto, sin consideraciones de tiempo, espacio y lugar, es autocondenarse a no hacer nada.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.