Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosaUna cosa es el pasado, otra cosa es el presente y otra cosa es el futuro 

Hay gente que se aferra al pasado de una manera obsesiva y dañina. Son dos tipos de “aferramientos”. Hay personas que no quieren que haya ningún cambio, desean quedarse instaladas en el pasado, les da miedo las innovaciones. Permanentemente, dicen que “aquí se han hecho las cosas así, toda la vida, y punto”. Para ellos toda transformación es una amenaza. Es una posición muy rara porque basta con mirar a los lados para darse cuenta...

Hay gente que se aferra al pasado de una manera obsesiva y dañina. Son dos tipos de “aferramientos”. Hay personas que no quieren que haya ningún cambio, desean quedarse instaladas en el pasado, les da miedo las innovaciones. Permanentemente, dicen que aquí se han hecho las cosas así, toda la vida, y punto”. Para ellos toda transformación es una amenaza. Es una posición muy rara porque basta con mirar a los lados para darse cuenta de que el mundo cambia, y lo hace a una gran velocidad.

Pero hay otras personas que se niegan a creer que la gente cambia, que la industria cambia. Si alguien cometió un error en el pasado, entonces ese error se vuelve una obsesión y no entienden que pueden existir transformaciones. Tantas familias son estigmatizadas porque alguno de sus miembros cometió un error hace años, y los que no creen en el cambio asumen que todos sus descendientes deben cargar con la culpa. Eso es, desde luego, una injusticia.

Ahora que se habla tanto de la transición energética y de la posibilidad que tiene Jericó de convertirse en un ejemplo mundial por la manera como puede extraerlo y ponerlo al servicio de esa transición, aquellos que no entienden los cambios creen que la mina puede ser manejada como en el pasado, que las nuevas y avanzadas tecnologías no existen, que para qué la transición energética. Es una incomprensión total sobre la manera como se mueve el mundo. Hay que ayudarles a entender. 

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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