Los grandes pensadores del mundo dicen que la más importante característica de la especie humana, y que no tiene ninguna otra especie viva que habita sobre la tierra, es la de tener sentido del tiempo.
Somos la única especie que sabe que tiene un pasado, que vive un presente y que sueña con un futuro. Por esa misma razón, somos la única especie que transforma y modifica su entorno, que ha sido capaz de construir civilizaciones y concebir máquinas extraordinarias. Si viviéramos en un eterno presente, como lo hacen los animales, no se nos ocurriría nada. Todos los grandes inventos y avances de la humanidad se deben a que tenemos la capacidad de mirar hacia el mañana, hacia el futuro.
Pero ojo, no se trata solo de mirar al mañana, sino de trabajar para construirlo, de hacer que las cosas sucedan. Construir futuro es pensar en quienes vienen detrás de nosotros, en nuestros hijos y en nuestros nietos. Tratar de asegurar para ellos mejores condiciones de vida, mayores oportunidades.
Nunca ha avanzado la humanidad pensando en detenerse en el tiempo. Para la muestra los Amish, una comunidad compuesta por cerca de 350.000 personas que viven en algunas regiones de Estados Unidos y Canadá. Ellos profesan el protestantismo y están detenidos en el estilo de vida y costumbres de tres siglos atrás, viven como en el siglo XVIII; no aceptan ningún avance tecnológico, se reúnen en pequeñas comunidades, no se mezclan con nadie, se movilizan en carruajes de caballos, no usan luz eléctrica y están estancados en el tiempo.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
