Con solo veintiún años Juliana Marín es ya toda una empresaria que con el negocio familiar Dulces El Jericoano espera llegar a todo Colombia y, por qué no, al mundo, para demostrarle las delicias que Jericó tiene para ofrecer. Dulces de coco, cofio, colaciones, jaleas, minisigüí, confites y hasta café con cardamomo ofrecen en el local, que está ubicado a una cuadra del parque municipal y que ya lleva más de siete años establecido.
Para ella todo esto es algo que, como dice, le genera muchos miedos, “pero con muchas expectativas de sacar la dulcería adelante y con muchos sueños que cumplir”. Sus famosos confites de cardamomo y demás productos son distribuidos en tiendas del municipio y en restaurantes de Medellín, además son bastante apetecidos por los turistas, que encuentran en estos sabores tradicionales un excelente detalle para compartir.
Sin embargo, no solo Juliana es protagonista en esta historia. Su madre, su hermana y su padre, Evelio Marín, han trabajado hombro a hombro para ver crecer esta empresa y recoger los frutos de su labor. Es por esta razón que recientemente decidieron realizar la inscripción al programa de empleo juvenil Sacúdete, en el que han encontrado una alternativa para vencer algunas barreras y seguir proyectándose a futuro. “Nos ayudan a cumplir un sueño. Uno de los sueños que Dulces El Jericoano ha tenido es tener todo totalmente legal, tener unos quince o veinte empleados totalmente legales, con subsidios, con ARL, con todo. Y este programa nos está empujando, nos está quitando el miedo de volvernos formales”, menciona don Evelio, en cuyos ojos se nota el orgullo que siente al ver a su hija Juliana a cargo de la herencia familiar.
Como don Evelio y Juliana, diversos empresarios se han postulado ya a las convocatorias de este programa, que consiste en aportar a la iniciativa del gobierno nacional en lo concerniente a la recuperación económica postpandemia por medio de la generación de empleo juvenil. La estrategia gubernamental espera apoyar a los empresarios otorgando noventa mil subsidios del 25% del salario mínimo para contribuir al pago de empleados entre los dieciocho y los veintiocho años de edad; y en el municipio de Jericó Minera de Cobre Quebradona, por medio de su fundación ProJericó, sumaría otro 25%.
Con este beneficio, como lo perciben los empresarios de Dulces El Jericoano, se espera “incentivar a los jóvenes, que son el presente del mundo, de Colombia y del municipio” y potenciar el trabajo formal en el municipio y en el suroeste. De esta manera, ProJericó se convierte en intermediaria para que el impacto del programa gubernamental sea más positivo en la zona, no solo gracias al aporte económico sino también al acompañamiento en el acercamiento a la oferta institucional y a la facilitación de los trámites.
Hasta ahora, se han recibido ciento veinte postulaciones a estos subsidios, divididas entre ocho empresas en Fredonia y veinticinco empresas en Jericó; aunque se espera que esta cifra ascienda a ciento cincuenta postulaciones y alcance cuarenta empresas. Los subsidios por parte de Minera de Cobre Quebradona serán distribuidos de manera proporcional y de acuerdo al tamaño de la empresa, además, quienes no alcancen el beneficio económico del proyecto podrán realizar, en compañía de la fundación, la postulación al beneficio gubernamental.
Consejo de Redacción AdP
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