“Desde Jericó, Antioquia, me encuentro construyendo un sueño lleno de raíces montañeras, de cultura, de tradición, de amor y de respeto por el campo y sus campesinos, enalteciendo la labor de mis ancestros arrieros, quiénes descalzos, a lomo de mula y entre barrizales de los viejos caminos, trajinaba el romance en una carta de amor, la ilusión en pesados materiales para una vivienda mejor y la divina providencia de los alimentos que nutrieron el alma...