Estas fechas están dotadas de una magia especial. Es una energía colectiva que se siente a lo largo y ancho del mundo, porque los corazones se conmueven y convocan al abrazo y a la fraternidad.
Las familias se unen. Quienes han salido de sus lugares de origen por razones de trabajo, por nuevas oportunidades, por estudio, por amor (pues encontraron parejas en tierras lejanas) preparan sus maletas y regresan de visita a donde sus mayores, sus hermanos o hermanas, hacia sus raíces.
Es un ciclo que se cumple. El año ha transcurrido, nos ha entregado todo lo que nos pudo entregar y el año que llega es siempre una promesa de cosas mejores, de nuevos objetivos, nuevos retos.
Este sentimiento también nos acompaña a nosotros. Fue un año que nos enseñó sobre la paciencia, sobre la virtud de saber esperar, de hacer bien las tareas en las que estamos empeñados y esperar resultados consecuentes con el esfuerzo realizado.
Hemos echado raíces en este territorio, aprendimos de las lecciones de sus mayores, creció nuestro afecto y nuestra gratitud con su gente. El 2022 lo asumimos llenos de retos. Juntos haremos grandes cosas.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
