Respeto a la memoriaRazones para entender la importancia histórica de la minería en el Suroeste antioqueño

Un trabajo investigativo realizado por los Ingenieros geólogos Jorge Ignacio Cárdenas y Catalina Restrepo en el 2006, a propósito del patrimonio geológico y minero de la cuenca carbonífera del Suroeste antioqueño, destacaba la propuesta de declarar este territorio como patrimonio geológico y minero de la nación. Este insistía en los aprovechamientos turístico, científico y pedagógico que son posibles en la zona, para emular con experiencias parecidas que se han implementado en diferentes partes del mundo,...

Un trabajo investigativo realizado por los Ingenieros geólogos Jorge Ignacio Cárdenas y Catalina Restrepo en el 2006, a propósito del patrimonio geológico y minero de la cuenca carbonífera del Suroeste antioqueño, destacaba la propuesta de declarar este territorio como patrimonio geológico y minero de la nación. Este insistía en los aprovechamientos turístico, científico y pedagógico que son posibles en la zona, para emular con experiencias parecidas que se han implementado en diferentes partes del mundo, en donde el concepto del desarrollo sostenible está en la capacidad de cambiar la imagen que algunos sectores de la opinión pública le endilgan a la actividad minera.

Hay una amplia documentación alrededor de este tema que permite entender cómo la memoria del Suroeste tiene en su haber un destacado desempeño y notables aprendizajes en torno a este renglón de la economía nacional.

De hecho, todos los analistas del fenómeno antioqueño coinciden en afirmar que esa historia de progreso y desarrollo, asociada no solo al despegar de las actividades industriales, comerciales y agrícolas que se desbocaron desde mediados del siglo XIX, no serían explicables al margen de la minería.

Los historiadores prestan una particular atención a la gesta empresarial heroica de personalidades como Carlos Coriolano Amador y Juan Bautista Mainero y Trucco.

Amador fue el mayor accionista tanto de la Sociedad Minera del Zancudo y Sabaletas (la mina legendaria de Titiribí, en el Suroeste) como de la Sociedad Minera de Chorros.

Tuvo Carlos Coriolano Amador una gran influencia en el territorio jericoano, que se expresa de múltiples maneras. Así, fue él quien lideró la construcción del puente que cruza el río Cauca en Puente Iglesias. También fue el fundador de la Sociedad Minera del Suroeste, que reemplazó a la que era conocida como la Sociedad de Minas de Nueva Caramanta, Támesis y Valparaíso.

Se destacan Amador y Mainero y Trucco por su visión innovadora, su capacidad de entender las tendencias del progreso. Fueron los responsables de ingresar al país los avanzados sistemas alemanes de extracción y beneficio de minerales por fundición, así como propiciar la llegada de técnicos europeos expertos en metalurgia. Sin tales experiencias, no habrían sido posibles los posteriores montajes industriales a gran escala que surgieron en Medellín y Antioquia.

El historiador Luis Fernando Molina, profesor de la Universidad de los Andes y quien ha producido documentos trascendentales sobre la industrialización de la minería de oro y plata en la Colombia del siglo XIX, destaca un notable aspecto diferencial en la explotación minera del Suroeste: 

No tanto con esclavos, como en el Cauca, sino con mano de obra libre, en Antioquia existió una explotación mayoritariamente familiar o de pequeñas compañías de mineros que originaron una gran dinámica económica y empresarial. Sin embargo, en una región caracterizada desde la colonia por la pequeña minería, a mediados del siglo XIX, se fue abriendo paso la gran empresa, en un intento por aumentar la escala y la productividad del laboreo mediante la incorporación de modelos de organización y sistemas de explotación más eficientes. Surgieron así algunas de las empresas más considerables del país en el siglo XIX. La Sociedad de Zancudo llegó a ser la más grande y rentable de Colombia”.

No es razonable borrar la historia de un tajo y declarar que el Suroeste es una región que nada tiene que ver con la minería. Por el contrario, el gran aprendizaje estriba en entender la manera como las diferentes actividades económicas pueden convivir en el territorio y contribuir a su desarrollo y progreso. ¿Acabó la minería con el Suroeste o con Antioquia? ¡No! Potencializó su avance.

El Suroeste antioqueño está en capacidad de convertirse en un referente nacional e internacional de lo que significa la gran estrategia de la transición energética, por lo que significa el cobre para su implementación. Esta es una oportunidad histórica.

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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