OpiniónNada se pierde con preguntar

Por: Carlos Mario Fernández Toro, Habitante de la vereda La Alacena del municipio de Támesis. Mi vocación es campesina, mis padres son campesinos agricultores de Támesis, soy técnico agropecuario, trabajo de forma independiente y no tengo ningún vínculo laboral con el proyecto Minera de Cobre Quebradona. Recuerdo con claridad cómo, hace más de 10 años, el helicóptero de esa compañía sobrevolaba el cielo de Támesis, despertando todo tipo de temores en la población. El helicóptero...

Por: Carlos Mario Fernández Toro,

Habitante de la vereda La Alacena del municipio de Támesis.

Mi vocación es campesina, mis padres son campesinos agricultores de Támesis, soy técnico agropecuario, trabajo de forma independiente y no tengo ningún vínculo laboral con el proyecto Minera de Cobre Quebradona.

Recuerdo con claridad cómo, hace más de 10 años, el helicóptero de esa compañía sobrevolaba el cielo de Támesis, despertando todo tipo de temores en la población. El helicóptero se veía como una amenaza, y surgieron todo tipo de especulaciones. Yo estaba asustado. Temía que se instalara una mina a cielo abierto para explotar el oro, que nuestro hermoso paisaje desapareciera y que las aguas de nuestros ríos se contaminaran. ¡Una tragedia!

Inicialmente, me parecía razonable oponernos a un proyecto con esas características. Sin embargo, empezaron a surgir otras versiones: se decía que no sería una mina de oro, sino de cobre; que la explotación no sería a cielo abierto, sino subterránea; que se aplicaría tecnología de última generación y que existían políticas ambientales claras, etc

El contraste de las dos posiciones 

Tal vez por mi personalidad curiosa y mi gusto por estar bien informado, empecé a indagar en Internet sobre las modalidades de explotación minera, para entender en qué consisten y para qué sirve el cobre. Luego, pregunté a los técnicos y a las personas vinculadas a la empresa. También pude visitar el proyecto y, hoy, tengo una idea diferente.

Creo que el cobre es un mineral de enorme importancia para el país y para el futuro energético. No tengo dudas sobre la ubicación del mineral ni sobre las características de su explotación subterránea. También me he formado una idea sobre la tecnología que se utilizará y sobre los alcances con relación al cuidado del agua en el territorio. Comprendí la sabiduría de ese dicho de los abuelos: “No hay peor ciego que el que no quiere ver“.

Es importante no rechazar la posibilidad de hacer preguntas, de escuchar diferentes puntos de vista y de mantener una mente abierta, ya sea en el contexto de la minería o en cualquier otro tema. Siempre es beneficioso tomar decisiones bien fundamentadas.

Me gusta pensar positivamente en el futuro del Suroeste, en cómo llegan nuevas actividades económicas, y en que la riqueza se distribuye gracias a los nuevos empleos, negocios y emprendimientos. Mi invitación sincera es que tengamos la voluntad de preguntar y de informarnos, para tomar decisiones con responsabilidad e inteligencia.

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Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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