Esa es la pregunta que hay que hacerse de cara al significado de la construcción del futuro. La juventud tiene ese reto. Todos los jóvenes, de todos los tiempos, han tenido ese reto.
Es una especie de paradoja porque, también desde tiempos inmemorables, los viejos se han empeñado en no darles crédito a los jóvenes, a no tener esperanzas. Hay una reflexión de Sócrates, sí, de Sócrates, en el 380 antes de Jesucristo, en la que se queja. Mire lo que dice: “nuestra juventud gusta del lujo y es maleducada, no hace caso a las autoridades y no tiene el mayor respeto por los mayores de edad”.
Cerca a Bagdad encontraron un vaso de arcilla que data de 4000 años atrás en nuestra historia y en el que se lee: “esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura”.
El filósofo español Fernando Savater parece dar una respuesta adecuada a esa maledicencia con la que ciertos viejos tratan a los jóvenes y los definen. Dice que “a diferencia de la vejez, que siempre está de más, lo característico de la juventud es que siempre está de moda”.
Evidentemente, todas las esperanzas están cifradas en la inmensa capacidad que tiene la juventud de hoy. Por eso resultan tan pertinentes las palabras dichas por nuestro Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez en 1999, en el Foro de América Latina y el Caribe, frente al nuevo milenio. Dijo a los jóvenes:
“Recuerden que las cosas de este mundo, desde los trasplantes de corazón hasta los cuartetos de Beethoven estuvieron en la mente de sus creadores antes de estar en la realidad. No esperen nada del siglo XXI, pues es el siglo XXI el que lo espera todo de ustedes. Un siglo que no viene hecho de fábrica sino listo para ser forjado por ustedes a nuestra imagen y semejanza, y que sólo será tan glorioso y nuestro como ustedes sean capaces de imaginarlo”.
Aquí, en el proyecto Quebradona tenemos la fe y la seguridad absoluta en que los jóvenes de hoy se están imaginando ese futuro y serán capaces de construirlo. Ya lo están haciendo.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
