En 1895, en un territorio donado por los beatos conocidos como Los Dávila, se fundaría el corregimiento de Marsella, que empezó siendo habitado por familias de Quinteros y Garcías, que llegaron a estas tierras en búsqueda de mejores oportunidades y cuyos apellidos aún perviven en esta zona.
Y aunque todo ha cambiado, actualmente el casco urbano de Marsella no presenta datos significativos en su población, que incluso ha venido disminuyendo porque las nuevas generaciones, al igual que lo hicieron sus ancestros hace tantos años, emprenden el viaje hacia lugares que les brinden alternativas académicas, laborales o económicas. Muchos de los jóvenes migran hacia Medellín o el casco urbano del municipio de Fredonia, y por eso ahora en el corregimiento se ha conformado una comunidad donde residen, principalmente, personas mayores, que los fines de semana son visitadas por sus familiares; un acontecimiento que siempre llena de vida a este lugar.
Muchas de las casas rurales son alquiladas a visitantes, que buscan disfrutar unos días en medio de la tranquilidad que el corregimiento tiene para ofrecer; mientras que en el centro poblado también se encuentran casas y fincas de recreo que pertenecen a familias que, aunque ahora están establecidas en la ciudad, no olvidan sus orígenes y aprovechan la temporada de vacaciones y los puentes festivos para pasar un tiempo aquí.
En la actualidad, las vías se encuentran en buen estado, lo que facilita no solo el acceso de turistas, sino también de los servicios sociales y comerciales que el municipio provee para el corregimiento. No obstante, dada la presencia de muchas curvas en las vías, para la provisión de bienes la comunidad ha preferido establecer relaciones con otros centros poblados cercanos, como La Pintada.
En cuanto al servicio de agua en la zona urbana, este llega a todas las casas de los veintidós habitantes, que según el Sisbén habitan la zona, y es prestado por el Acueducto Fuente Clara, abastecido de la quebrada que le ha prestado su nombre y, según el presidente de la junta administradora, con capacidad para atender doscientas viviendas.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
