“Faro es un estilo de vida” cuenta Rodrigo Varela, director de la Fundación Faro, una entidad que por más de tres décadas ha venido trabajando en la prevención, tratamiento y mitigación de las adicciones en adultos de distintos lugares del país y que desde hace doce años tiene presencia en Jericó.
Con más de treinta años de experiencia, la fundación ha puesto en marcha en Puente Iglesias el proyecto AVATAR, una iniciativa que busca prevenir el consumo de sustancias psicoactivas en niños, jóvenes y adultos jóvenes del corregimiento a través de actividades de carácter lúdico, pero con orientaciones que van encaminadas a brindar herramientas para la vida. “Estos son encuentros diseñados para que de manera lúdica aprendan cómo fortalecer habilidades, solucionar problemas, manejar las emociones, el estrés, la tensión y el autoconocimiento, que son vitales para fortalecerse y prevenir el consumo o, por lo menos, disminuir la posibilidad de un consumo temprano”, resalta Loren Osorio, sicóloga de la fundación.
Actualmente, sesenta y cinco personas hacen parte del proyecto AVATAR en Puente Iglesias, el cual ya ha sido implementado en ciudades como Risaralda. Para Loren, una de las virtudes de este espacio es que a través del trabajo con estos grupos han podido identificar el territorio, al igual que los factores de riesgo, y todo de la mano de los participantes: “nuestra estrategia se basa en pedagogía participativa, hacemos actividades que dejan en evidencia sus habilidades y con nuestra intervención las vamos fortaleciendo”, enfatiza.
Gracias al empeño y a la tenacidad de quienes trabajan en la fundación hoy muchas vidas han tenido una segunda oportunidad. “La historia de la fundación se ha ido construyendo día a día, con el tesón de personas que transformaron sus vidas en algún punto. Ellos las transforman, se desarrollan misiones y así se van abriendo caminos”, asegura Rodrigo.
Este proyecto comenzó en febrero y por aspectos de la pandemia sus gestores debieron buscar alternativas de trabajo virtual. No obstante, se han realizado algunos encuentros presenciales con el fin de hacer más partícipes a los integrantes del programa: “la gente que asiste a los talleres puede fortalecer habilidades para la vida, además se busca prevenir el consumo de sustancias y las conductas delictivas”, cuenta Loren.
Por lo pronto, el proyecto se ha convertido en un espacio de autoconocimiento y crecimiento para los participantes, quienes tienen la certeza de ser acompañados por un equipo de profesionales que buscan ayudarlos a abrir caminos en sus vidas, tal y como Faro lo hizo hace más de una década en el suroeste.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
