Hace más de dos décadas que la Fundación Prolírica de Antioquia ha venido trabajando para incentivar el amor por la música y la danza en diferentes municipios del departamento, una tarea que a la fecha se traduce en satisfacción y que hoy llega al corregimiento de Puente Iglesias para abrir un camino hacia la cultura y la creatividad.
Esta iniciativa busca que los niños y jóvenes que se vinculan con el proyecto vivan la experiencia de hacer parte de una producción musical a partir de los diferentes roles que se requieren para realizar una zarzuela de calidad. Bailarines, cantantes, escenógrafos, vestuaristas, maquilladores, compositores y otros oficios son fundamentales para atrapar la atención del público. Es por este motivo que el acompañamiento de la fundación es esencial, pues su experiencia se ha visto replicada en algunos municipios del departamento que han logrado poner en marcha proyectos musicales que germinan desde las comunidades.
En Puente Iglesias, a través de encuentros semanales y de talleres enfocados a explorar técnicas vocales, de danza, de actuación y musicalización, los más de treinta niños y jóvenes que hacen parte del proyecto preparan una puesta en escena titulada El renacer de mi tierra, una historia que incluye en su repertorio trece ritmos tradicionales colombianos como el joropo, el currulao, el bambuco, la cumbia, entre otros. Esta presentación tiene como parte central la historia de una chica que con mucho esfuerzo y talento logra convertirse en una artista de reconocimiento mundial y luego regresa a su pueblo para inspirar a otros niños a cumplir sus sueños. “Los chicos se pueden identificar por los ritmos, por la historia, por el mensaje final que es: si tú quieres puedes hacerlo, lo que necesitas es perseverancia y esfuerzo, puedes lograr todos los sueños que te pongas, así vivas en el último pueblito más lejano del mundo”, resalta Gisela Zivic, directora ejecutiva de la fundación.
El renacer de mi tierra es una historia que nace a partir de las experiencias personales del director de la fundación, quien vivió ese proceso durante su juventud en el municipio de Ciudad Bolívar, una experiencia que marcó su vida y le dio la posibilidad de descubrir años más tarde talentos en su territorio. “Estos municipios necesitan de ese apoyo, demostrar que sí hay talento y que sí se puede”, afirma Gisela, quien además es profesora y directora de escena dentro del proyecto.
Por ahora, los jóvenes y niños que hacen parte de esta iniciativa se encuentran en proceso adaptativo, es decir que por medio de actividades aprenden sobre el ritmo, la música y el canto acompañado de algunos movimientos sencillos de manos y pies. “El primer día fuimos casa por casa y fue enriquecedor, tuvimos muy buena recepción por parte de la gente. Teníamos un poco de susto el primer día, pero fue fantástico, llegaron todos los que se inscribieron”, cuenta Gisela con un atenuado acento argentino que no ha perdido a pesar de llevar más de treinta años en Colombia.
Los talleres continúan cada semana y se espera que hacia mediados de junio del próximo año este grupo de chicos tenga la posibilidad de hacer una muestra del trabajo realizado hasta el momento. La idea es que los asistentes se den cuenta de que en Puente Iglesias talento sí hay.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
