“Desde Jericó, Antioquia, me encuentro construyendo un sueño lleno de raíces montañeras, de cultura, de tradición, de amor y de respeto por el campo y sus campesinos, enalteciendo la labor de mis ancestros arrieros, quiénes descalzos, a lomo de mula y entre barrizales de los viejos caminos, trajinaba el romance en una carta de amor, la ilusión en pesados materiales para una vivienda mejor y la divina providencia de los alimentos que nutrieron el alma y el cuerpo de los familiares de la época”, con estas palabras Michele López Flórez describe su amor por el municipio, por su herencia y lo que significa ser jericoana.
Michele lleva los apellidos López Flórez, de los López de Támesis y los Flórez de Jericó. Es nieta del “Loco Flórez”, arriero icónico de estas tierras, a quien describe como “un hombre tranquilo, sereno, tierno, sensible, bondadoso y amistoso, quien, con su piel quemada y ajada por el sol, usa sombrero como protector, poncho para el sudor, zurriago como bastón, carriel como bodegón y tabaco para el buen humor. Él encarna a un guerrero de antaño digno de exposición, transmitiendo con su presencia la mágica tradición jericoana”.
Él, en su infinita sabiduría y amor por el campo, inspiró COANA, la marca de sabores ancestrales que Michele lanzó recientemente, que aprovecha la variedad del plátano para llevar alimentos sanos a la mesa: “El plátano: versátil y nutritivo, hartón y comino, verde y amarillo, molido y cocido, pisado y asado, frito y horneado, en patacón y en tajadas, maduritos y rellenitos de queso y bocadillo”. Cuenta esta mujer que después de trabajar en Medellín durante la pandemia, decidió regresar a su terruño para ofrecerle a su gente un producto diferente. “En Jericó hemos diversificado mucho el comercio, la industria, somos más que café. Tenemos cultivos de plátanos extensos de buen sabor. Entonces vimos esa oportunidad y al ver que no había ninguna empresa que transformara el plátano, decidí presentarme al Fondo Emprender con este proyecto de transformación en patacón y chips”, señala.
COANA también contó con el apoyo de El Cosechero, una asociación que recoge el plátano y otros alimentos de Jericó, la cual agrupa a más de 90 productores en la zona, cuyos productos son llevados a la ciudad de Medellín donde se venden. Las utilidades regresan al municipio para continuar invirtiendo en el campo. “Me encanta contribuir a la soberanía alimentaria, donde lo que se cultiva en Jericó, también se transforma y se consume en Jericó”, señala.
Michele piensa en grande, por eso espera que a futuro COANA se tecnifique para mejorar los procesos, sin que eso signifique poner en riesgo el sabor característico y artesanal. Además, espera que su mercado gane terreno en otros municipios del país y así poder exportar sus creaciones para mostrarle al mundo que en Jericó el plátano también deleita paladares.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.