Se han escrito libros enteros que dan cuenta de esa sabiduría inmensa que reflejan las frases coloquiales de las abuelas en sus “alegatos” con los hijos cuando eran niños. En las redes se ven memes que reflejan esas frases como si fueran chistes, pero la verdad es que detrás de cada una de ellas existe no solo un conocimiento de la naturaleza humana y de la vida, sino profundas lecciones que hay que saber entender.
Ya adultos y con prole, nos conmueve el recuerdo de esa frase que nos soltó la mamá algún día… “Cuando tengas hijos, te vas a acordar de mí”. ¡Claro que uno se acuerda! Es especial, porque entiende las razones de no darnos un permiso, ya que había riesgos innecesarios en eso que nosotros pedíamos.
Y esa otra que nos sorprendía, porque ella parecía tener el superpoder de adivinar nuestras intenciones, que lo único que hace hoy es demostrarnos el inmenso poder de la experiencia: “Cuando usted va, yo ya he ido y vuelto dos veces”.
Pero tal vez la más interesante es aquella que nos enseñó de una vez y para siempre, que todo en nuestras vidas está regido por un sentido de la realidad y de la conexión. Muchas veces queremos hacer algo que las circunstancias, las leyes o las condiciones del momento nos impiden hacerlo. No, no podemos hacer lo que nos dé la gana, no somos libres de hacer lo que queramos a nuestro antojo. Nuestros derechos llegan hasta donde llegan los derechos de los demás. Esa frase, no se nos va a olvidar nunca: “¡No señor, es que usted no se manda solo!”.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
