Entre RielesDamaris Zapata, una enamorada del campo

“En Puente Iglesias somos gente trabajadora y emprendedora”. Con estas palabras Damaris Zapata resalta algunas virtudes de la tierra en la que creció, pues llegó al corazón de este corregimiento cuando apenas tenía dos años, y desde entonces no se ha ido porque disfruta la vida en este lugar. Enviudó hace seis años, pero de aquella relación nacieron sus dos hijos, que hoy trabajan en una finca cercana a Puente Iglesias, justamente la misma que...

“En Puente Iglesias somos gente trabajadora y emprendedora”. Con estas palabras Damaris Zapata resalta algunas virtudes de la tierra en la que creció, pues llegó al corazón de este corregimiento cuando apenas tenía dos años, y desde entonces no se ha ido porque disfruta la vida en este lugar.

Enviudó hace seis años, pero de aquella relación nacieron sus dos hijos, que hoy trabajan en una finca cercana a Puente Iglesias, justamente la misma que la vio nacer y en la que pasó sus primeros meses de vida. Esa conexión inexplicable con la tierra y el agro es uno de los mejores recuerdos que guarda Damaris en su memoria: “trabajé quince años en una finca ganadera con mi esposo y una de las cosas más lindas que recuerdo son los animalitos, ellos son lo mejor de la vida”, resalta esta mujer, que hoy atiende a los turistas que llegan a la piscina del corregimiento para refrescarse en medio de las altas temperaturas.

Además de la vida en el campo, Damaris ha estado en contacto con la gente, es muy amable con los visitantes y conoce muy bien su corregimiento, pues ha trabajado en tiendas y heladerías del sector, además de apoyar algunas tareas en fincas y parcelaciones cercanas al río Cauca, lugares que le han brindado el sustento para mantener a su familia.

El gusto por el campo ha sido una constante en la vida de esta mujer trabajadora. Desde niña disfrutó siempre de estos espacios, pues su papá trabajó por años en una finca en la que se cultivaba maíz y yuca y se criaban algunos animales. Luego el río Cauca se encargó de proveerles los recursos, gracias a la pesca y al barequeo, unas actividades a las que su padre se dedicó. Tal vez por este motivo su vida ha girado en torno a algunas tareas agrícolas, una forma de vida de la que tiene buenos recuerdos.

Hoy vive por el sector de La Tuntuna, y allí espera tener pollos y gallinas para la crianza, una labor que realiza en su casa por temporadas: “en un mes voy a comprar mis pollos para criarlos en la casa, pronto los voy a volver a tener”, menciona.  Damaris sabe que los tiempos han cambiado y que las dinámicas dentro del corregimiento son muy diferentes a las que ella vivió en su niñez, por eso cada jornada es una oportunidad de mejora para su corregimiento.

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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