Compromiso transparente con el medioambiente¿Cómo sabemos qué especies hacen parte de nuestro proyecto?

A través de diversas técnicas de monitoreo y de una detallada revisión de los inventarios de fauna y flora en el territorio, el proyecto ha venido trabajando en la clasificación de la fauna que circunda los bosques de la zona para determinar cuáles son las especies que habitan el área de influencia de Minera de Cobre Quebradona. Previo a iniciar los recorridos en campo, el área medioambiental hace una revisión de la información secundaria, es...

A través de diversas técnicas de monitoreo y de una detallada revisión de los inventarios de fauna y flora en el territorio, el proyecto ha venido trabajando en la clasificación de la fauna que circunda los bosques de la zona para determinar cuáles son las especies que habitan el área de influencia de Minera de Cobre Quebradona.

Previo a iniciar los recorridos en campo, el área medioambiental hace una revisión de la información secundaria, es decir consulta las bases de datos y los estudios existentes para determinar qué especies han sido clasificadas con anterioridad, y esto sirve para tener un panorama inicial. Durante esta búsqueda también se analizan las alertas tempranas por medio de programas con los que se consultan áreas protegidas, ecosistemas estratégicos y corredores de algunas especies. “Con ese análisis de alertas tempranas lo que hacemos es sobreponer el área de estudio del proyecto e identificar esas áreas para saber si nos estamos cruzando con ellas”, comentó Gustavo Valencia, profesional senior del componente biótico.

En esta primera búsqueda las bases de datos mostraron que el oso andino, también conocido como oso de anteojos, no habita el área de influencia del proyecto minero en Jericó. Posteriormente, el equipo interdisciplinario, compuesto por sesenta personas, entre los que se encuentran ingenieros forestales, biólogos, expertos en aves, mamíferos y reptiles, recorrió los tramos seleccionados aplicando diferentes técnicas para la clasificación de la fauna que allí habita. “Usamos redes de niebla, trampas cámara para identificar esas especies, además se hacen rastreos secundarios, búsqueda de huellas, heces, madrigueras y caminos. Utilizamos treinta cámaras con sensores que ubicamos en diferentes puntos, cuando pasa un animal se toma una foto o video para identificarlos. En ninguna de estas técnicas de estudio se encontró el oso andino”, señala Valencia, quien conformó el equipo que estuvo haciendo todo este trabajo por más de ocho meses.

Además de este análisis y tecnología se revisaron estudios y registros del área de influencia del proyecto, como el compendio de fauna de Corantioquia, que en 2017 marcó un corredor del mamífero a más de ocho kilómetros de la zona de estudio del proyecto. “Con esto vamos moldeando y definiendo qué especies hay, y esta especie no se registró en el área de intervención”, aclara Valencia sobre la presencia en el territorio del oso de anteojos, que responde al nombre científico de Tremarctos Ornatus.

Gracias a estas técnicas de rastreo se ha podido determinar que en el área de influencia hay más de 230 especies de aves, 59 mamíferos, entre los que se encuentra el tigrillo y el mono nocturno; 16 anfibios, 29 reptiles y 32 especies de peces.

¿Pero por qué el oso andino no se encuentra en el área de influencia? en primera instancia en ninguna de las técnicas de muestreo se evidencian rastros, avistamientos o registros de su presencia en el área de estudios. “Dentro del grupo de biólogos hay una experta en rastros de grandes mamíferos, en este caso de osos, y centra su atención en buscar huellas, heces, rasguños, etc. En los recorridos estuvo pendiente y no hay evidencia en toda el área de intervención”, aclara Valencia, quien además asegura que esto se debe a que el oso de anteojos es una especie solitaria y diurna que requiere de un ecosistema conservado y que evita los entornos donde haya presencia del hombre, pues la historia ha demostrado la violencia con la que el oso fue exterminado de esas zonas. A esto se suma la pérdida de su hábitat natural, producto de la expansión agrícola, ganadera y urbana.

Por otro lado, los entornos donde habita el oso de anteojos oscilan entre los 900 y los 4200 metros sobre el nivel del mar; sin embargo, gran parte del proyecto se encuentra en la zona Cauca, con una altura de 800 metros y con abundante bosque seco tropical, poco atractivo para esta especie. “En esa zona tan cálida escasea mucho su alimento, él es más de montaña, donde hay más agua, donde hay más frío”, aclara el ingeniero.

Las especies que han sido caracterizadas por este grupo de profesionales y que habitan en la zona cuentan con todas las medidas para proteger sus corredores naturales, con el fin de evitar su extinción o desplazamiento a otros ecosistemas. El objetivo está en proteger las especies que circundan el área de influencia, para que de esa misma forma otros entornos se conserven para brindar protección a las especies que allí habitan

Armadillo

 

 

Franjas de conectividad. Seguimiento al crecimiento de especies sembradas en el área de influencia de Quebradona

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Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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