Respeto a la memoriaProfesores en Jericó, enamorados de la enseñanza

La labor docente requiere de mucha entrega, empatía y amor por lo que se hace, pues en las manos de los maestros está el crecimiento académico de las nuevas generaciones. Sandra Palacio, Bertha Fernández y Marta Jaramillo son algunas de las profesoras que han marcado la diferencia en el municipio de Jericó, gracias a su compromiso con la educación de niños y jóvenes. Hace veinticinco años, Sandra Palacio comenzó con su ejercicio docente. En sus...
Consejo de Redacción AdP3 años .12747 min

La labor docente requiere de mucha entrega, empatía y amor por lo que se hace, pues en las manos de los maestros está el crecimiento académico de las nuevas generaciones. Sandra Palacio, Bertha Fernández y Marta Jaramillo son algunas de las profesoras que han marcado la diferencia en el municipio de Jericó, gracias a su compromiso con la educación de niños y jóvenes.

Hace veinticinco años, Sandra Palacio comenzó con su ejercicio docente. En sus inicios, con tan solo dieciocho años de edad, impartía clase a jóvenes mayores, que tenían como meta finalizar sus estudios de bachillerato. Poco a poco fue ganando experiencia, lo que la llevó a trabajar al municipio de Ciudad Bolívar; pero su tierra la llamaría tiempo después para que continuara allí con su trabajo. Hoy, en medio del aislamiento, esta mujer recorre en bicicleta las calles del municipio, llevando las guías que sus estudiantes necesitan para cumplir con los objetivos del curso. Una labor ardua, admite, pero decisiva para que todos puedan recibir una buena formación.

Sabe que la vida por estos días no es nada fácil, y reconoce que extraña el contacto con los estudiantes, escucharlos y ser consejera en la medida de sus posibilidades: “definitivamente hace falta la cercanía, la palmadita en la espalda” menciona. No obstante, de su labor como docente por más de dos décadas guarda con aprecio los saludos que sus ex estudiantes tienen cuando la ven caminar por los municipios en los que se ha desempeñado como profesional.  “Siento gratitud y orgullo cuando se me acercan y me dicen: profe usted me dictó clase y la recuerdo mucho”, asegura Sandra, que se formó como normalista y luego como licenciada en docencia en tecnología e informática.

Al igual que Sandra, la profesora Marta Jaramillo tiene los mejores recuerdos de su paso por las aulas, de sus colegas y estudiantes, pues a inicios de 2020 logró su pensión, después de haber dedicado cuarenta y cuatro años de su vida a la docencia. Las materias casi siempre se relacionaban con las humanidades, un área de trabajo que, con el diálogo, le permitía acercarse a sus estudiantes. “La comunicación es fundamental. Algunos profesores dicen que la virtualidad funciona, pero en el fondo saben que sí hace falta el contacto con el alumno”, cuenta Marta, quien hoy es abuela de dos pequeños, a quienes en sus ratos libres les enseña los colores, los números y rondas infantiles, tal y como lo hizo con cientos de niños a lo largo de cuatro décadas.

Marta reconoce que los tiempos han cambiado y que hoy la figura del maestro es más cercana, siempre y cuando todo se maneje en los límites del respeto “El profesor hoy es visto como amigo, y eso está bien, porque eso permite que los estudiantes sean más propositivos, que vayan más allá, que se proyecten”, argumenta.

Por su parte, Bertha Fernández también fue docente, pero se retiró hace más de diez años, y aunque no ejerce como profesora, sí tiene un compromiso importante con las misiones a las que ella acompaña y asesora en actividades. A sus setenta y dos años recuerda con entusiasmo cuando en sus clases impartía lecciones de matemáticas, lenguaje, ciencias y sociales a pequeños que hoy ya son adultos. En sus treinta y seis años de experiencia, la vida como docente la llevó a dictar clase en municipios como Tarso, Pueblorrico y Jericó, lugar donde se pensionó. “Hay cosas que extraño, pero sé que todo tiene un ciclo”, comenta.

Aunque las nuevas tecnologías faciliten la comunicación y el intercambio de archivos, los profesores seguirán atentos al proceso de sus estudiantes, pues no hay pantalla que reemplace la dedicación y entrega de un buen docente.

El 15 de mayo se celebra el Día del Docente. Desde Minera de Cobre Quebradona queremos felicitarlos y reconocer su invaluable labor para ayudar a construir una mejor sociedad y mejores seres humanos.

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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