Desde niña Dalia Córdoba Agudelo supo que el gusto por las manualidades no era una simple coincidencia. Su padre, que hoy ajusta los cien años, se dedicaba a las labores del campo, pero siempre tuvo una vena creativa que exploró con sus hijos cuando construía camas con palos de café, y Dalia, junto a sus hermanos, tenía la labor de lijarlas. Lo mismo ocurrió con su mamá, quien aprovechaba los tiempos de descanso para tejer y elaborar colchas de retazos, que eran organizadas por sus hijos. Incluso, fue su hermana quien, después de pasar horas viéndola hacer trazos en sus cuadernos, la motivó a dibujar.
Cada una de estas experiencias hizo que esta mujer se dedicara, casi de lleno, al trabajo del arte y las manualidades, una labor que permite explorar su talento en diversas técnicas. “Con mi esposo traíamos artesanías desde Pasto y Ecuador, pero con el tiempo queríamos ofrecer otras cosas. Él tiene un taller de ebanistería y hace portalápices, percheros, alcancías, y junto con mis hijos, que también pintan, nos encargamos de hacer separadores y agendas”, cuenta Dalia mientras se prepara en su escritorio para iniciar una nueva jornada en su almacén Artes Dalia, que está próximo a cumplir tres años.
Una de las cualidades de su trabajo es que utiliza materiales reciclados, ya que su creatividad no tiene límites. Ella, junto a su esposo e hijos, aprovecha trozos de madera, plástico, vidrio y retazos de tela para darle vida a sus creaciones. “Mis productos están pensados en darle utilidad a un material que se va a desechar. Nosotros siempre pensamos en reutilizar eso en un objeto útil y, sobre todo, bonito”, afirma Dalia. Hoy su tienda ofrece diversos productos, que van desde manualidades hasta tejidos, confecciones y otras artesanías que son exhibidas y puestas a la venta por artistas del municipio y de la zona.
Su talento es reconocido entre los jericoanos, por eso fue contactada hace unos meses por la Tienda Ecológica de Quebradona para poner a la venta algunos de sus trabajos, con el fin de impulsar sus productos, y por supuesto, sus ganas de resaltar las manualidades en el municipio. “Yo no soy muy ambiciosa en cuanto a agrandar mi tienda, yo solo busco un espacio en donde pueda pintar, dibujar y hasta conversar con la gente, esa silla que está ahí es para eso, para sentarme con la gente y tomarme un tinto mientras hago lo que me gusta”, enfatiza. Sin embargo, su nombre ya es un referente del trabajo manual y artesano en Jericó.
Parte de su misión con la tienda está encaminada a incentivar a los más jóvenes a trabajar las manualidades, tal y como ella lo hizo en su infancia, por esto ha venido dictando talleres de transformación de materiales reciclados, para que las nuevas generaciones tengan algo que aportarle a la cultura del municipio.
Este lugar tiene, como dijo una de sus clientes en una ocasión, una energía única, y esa es quizá la mejor retribución que puede recibir Dalia de sus compradores, pues todos los productos que ofrece tienen impresas esas ganas de salir adelante y de mostrar que los jericoanos están hechos de puro talento.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.