EditorialLa verdad como principio ético

Parte de las dificultades que se viven en el mundo contemporáneo tienen que ver con la paulatina desaparición de los principios éticos. Podría decirse que tenemos una crisis de la verdad, y es tan dramático el problema que los más prestigiosos, serios y creíbles medios de comunicación del mundo tienen áreas de trabajo dedicadas a medir el grado de verdad que tienen los discursos de los funcionarios públicos. Las fake news son un reflejo de...

Parte de las dificultades que se viven en el mundo contemporáneo tienen que ver con la paulatina desaparición de los principios éticos. Podría decirse que tenemos una crisis de la verdad, y es tan dramático el problema que los más prestigiosos, serios y creíbles medios de comunicación del mundo tienen áreas de trabajo dedicadas a medir el grado de verdad que tienen los discursos de los funcionarios públicos.

Las fake news son un reflejo de esa descomposición. Se difunden falsedades a diestra y siniestra, sin importar el efecto que tales mentiras tengan sobre la vida de las personas, las empresas o las marcas afectadas. Se afirma por parte de los expertos que los lectores buscan y consumen mentiras, como en el pasado se consumían noticias.

La mentira es una especie de autodestrucción, porque somos la única especie animal capaz de mentir. Ninguna otra especie lo hace. Un perro, un gato o un caballo no mienten, porque para mentir se necesita el lenguaje, la imaginación, el raciocinio, la capacidad de construir conceptos. Esas condiciones especiales que nos hacen seres humanos son las mismas que se requieren para mentir.

La insistencia en una mentira la convierte en una verdad, a fuerza de ser repetida. Goebbels, el asesor de Hitler, afirmaba que en la lucha política hay que mentir, mentir, mentir, porque de la mentira algo queda. Cuando nos maravillamos con eso que denominamos el Espíritu Jericoano nos maravillamos con esa especie de vocación de verdad que tienen los habitantes de este pueblo.

Hay aquí buena fe en abundancia, cordialidad en abundancia, honradez en abundancia. No es este un territorio abonado para que prospere la mentira. Nuestras gentes piensan dos veces, analizan, de la misma manera que lo hacían los abuelos. Esa cualidad blinda contra la mala fe y es una de las grandes riquezas.

Por Minera de Cobre Quebradona

Consejo de Redacción AdP

Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.

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