Hombre, ese cuento de confundir y confundir, con la esperanza de que algo de esa confusión cale, es una práctica muy común (aunque no ética) en esas discusiones públicas en las que en cualquier tema algunos no están de acuerdo con otros.
Son famosas las mentiras que difundían en la Segunda Guerra Mundial tanto los aliados como los alemanes, para minar en la población la credibilidad de la ciudadanía y dar la idea de que el bando contrario estaba perdiendo la guerra.
Fue famosa en el 2014 la mentira difundida por los rusos en el sentido de que una unidad de combate ucraniana, con la que estaba en conflicto, había crucificado un niño. También fue famosa la mentira que montaron los servicios secretos norteamericanos con la niña Nayirah al Sabah, quien relató en el congreso de ese país las “atrocidades” cometidas por los invasores iraquíes a su país: Kuwait, lo que inclinó la balanza para que ese organismo aprobara la guerra de Irak. Se descubrió después que había sido un montaje.
Vea nada más: la ANLA hace 174 requerimientos al Proyecto Minera de Cobre Quebradona, requerimientos que son aclaraciones, datos, reafirmación de cifras y solicitudes de pruebas adicionales. La autoridad lo hace de la misma manera que lo ha hecho con todos los proyectos mineros, de carreteras, de energía y de extracción que se realizan en el país y que han realizado trámites de licenciamiento; pero entonces empiezan a circular mentiras: que la licencia fue negada, que hubo mala fe, que Minera de Cobre Quebradona está equivocada, en fin…
Piensan con el deseo. Lo que tenemos que hacer todos es esperar que la ANLA, que es un organismo muy serio, haga su trabajo y tome las decisiones que tenga que tomar, pero no tomar las decisiones por ellos.
Consejo de Redacción AdP
Esto es un homenaje a nuestros orígenes, un homenaje a esa Aldea del Piedras que crearon nuestros mayores, un homenaje a su coraje, su dedicación, su esfuerzo, su tesón, y su condición de visionarios.
